Interludio
La quietud, el vacío, el silencio -la pausa, el vacío y la omisión- son cada vez más importantes en la sociedad urbana actual, donde el ruido auditivo y visual es cada vez más omnipresente.

Es por ello que una intervención artística mediante el silencio podría ser una poderosa herramienta para la mejora de la salud y el bienestar públicos. Esta instalación responde a la creciente cantidad de información visual que recibimos cotidianamente y a la contaminación acústica a las que estamos sometidos, además de servir como una forma de toma de conciencia.
Invito a la contemplación de lo que significa el silencio a travĆ©s de un espacio vacĆo y mediante la creación de un espacio multisensorial, desprovisto de imĆ”genes y sonido: un Interludio. El silencio absoluto no existe. Gracias a las cĆ”maras anecoicas mĆ”s eficaces, se ha demostrado que no existe forma de crear un silencio verdaderamente puro. Por otra parte, en este mundo actual dominado por constantes sonidos, por el estrĆ©s de la ciudad y por la sobrecarga informativa, existe una necesidad autĆ©ntica de una quietud, del Ā«silencioĀ». El ruido es un tipo de contaminación que āsegĆŗn se ha demostradoā tiene un efecto sobre el bienestar y la salud y puede, incluso, conducir a enfermedades crónicas. Afecta al mundo animal, generando desorientación, disminuyendo el alcance de los sonidos que emiten y perturbando sus ecosistemas. A menudo, el paisaje sonoro que nos proporciona un lugar puede revelar mucha mĆ”s información sobre sus procesos subyacentes de lo que pudiera una imagen o una descripción verbal. Nuestro sentido del sonido ālo que oĆmos y lo que elegimos escucharā pudiera servir para recordarnos nuestra identidad y crear una sensación de pertenencia al evocar recuerdos, asociaciones mentales y emociones. Nos puede proporcionar una oportunidad para conectar con el momento presente y ofrecernos una oportunidad para centrarnos y reflexionar, mĆ”s que simplemente reaccionar. Si nuestro entorno nos produce una sobrecarga, si nos abruma o si nos produce fatiga, estas oportunidades se nos pueden pasar por alto. Para generar un alivio es necesario crear intervenciones como la creación de pequeƱos espacios fĆsicos y mentales que nos permitan un respiro. Si nos fijamos en el trabajo de John Cage ācuyo trabajo gira en torno al sonido y al silencioā y en el de Olafur Eliasson āquien juega con espacios multisensorialesā podemos comenzar a entender cómo se podrĆa integrar el silencio en nuestras vidas cotidianas y en nuestros espacios compartidos. El uso de medios la comunicación multisensorial por parte del arte ofrece la posibilidad de que todo tipo de pĆŗblico logre acceder a ese silencio que estĆ” rĆ”pidamente desapareciendo de este entorno urbano, tecnológico y frenĆ©tico en el que vivimos. Nos permite una reivindicación de una focalización mĆ”s allĆ” de la sensación de distracción generalizada, involucra los sentidos y los calma, guĆa nuestra atención y relaja la mente. Resulta curioso que en inglĆ©s las palabras escuchar y silencio estĆ©n compuestas por las mismas letras (Ā«listenĀ» y Ā«silenceĀ», respectivamente). Con esta idea en mente, he utilizado el sonido como medio y lo he utilizado como el material bĆ”sico con el que considerar el silencio. AdemĆ”s, incorporo el sentido del olfato, ya que se cree que el olor y el sonido estĆ”n vivos, fundamentalmente porque ambos viajan a travĆ©s del aire y a menudo gozan de un carĆ”cter temporal. Por Ćŗltimo, aporto mayor profundidad a la experiencia del espectador mediante el uso de luz y telas, de auriculares y fonendoscopios. Estas incorporaciones resultan esenciales para la obra ya que permiten que el visitante disfrute de una conexión con su cuerpo y que preste especial atención a la escucha, como forma para conectar con el silencio.

Instalación interludio


Interludio
2014
Instalación de pieza sonora.
Estetoscopio de madera, equipo de sonido, tela y luces Ltd.
