Transiciones
Estoy explorando el viaje realizado por personas que buscan asilo prestando atención tanto a perspectivas individuales como colectivas.


Fronteras
2017
Carboncillo, grafito, lápiz de tinta e impresión. 136 x 70.5 cm. Como base para mis pinturas y dibujos, utilizo historias reales de grupos de refugiados que cruzan las fronteras mediante fotografía térmica y un niño introducido en una maleta. Aunque los refugiados son individuos, los responsables políticos y los medios de comunicación tienden a tratarlos como un grupo, como un colectivo. Esta forma de categorizar a los refugiados se filtra a la población de acogida, que los ve como "ellos/otro", en oposición a "nosotros", dando lugar a todas las repercusiones amenazantes a las que suele conducir este punto de vista.

Adou
2017
Pintura al óleo y en spray. 120 x 120 cm. La pintura titulada Adou parte de una radiografía de Adou Outarra, un niño de ocho años que fue encontrado escondido en una maleta cuando intentaba escapar de Costa de Marfil a Europa. El niño fue encontrado el siete de mayo de 2015 por agentes de la Guardia Civil en el puesto fronterizo de Ceuta −ciudad que, junto a Melilla, es uno de los dos territorios pertenecientes a España en la costa mediterránea de Marruecos. Escondido en una maleta, sin ningún tipo de ventilación, encogido y cubierto por mantas, hizo ver al mundo los peligrosos métodos que frecuentemente utilizan los traficantes de seres humanos −quienes se benefician de los miles de africanos que cada año intentan llegar a Europa. La imagen también sirve como recordatorio de lo que se puede llegar a hacer para llegar a Europa. Los agentes de la Guardia Civil informaron de que Adou estaba en «un estado terrible» cuando lo encontraron y que la situación «podía haber tenido un final trágico». Los padres y la hermana del niño −que viven en legalmente en las islas Canarias− no habían logrado obtener un visado para que Adou pudiera entrar legalmente, ya que los ingresos económicos de la familia eran demasiado bajos. Una vez que la familia logró llegar desde Costa de Marfil −un país devastado por la guerra− a Canarias en un barco lleno de inmigrantes, Adou −que se había quedado en África con su hermano mayor− intentó reunirse con ellos en un viaje por tierra. El padre de Adou, Ali Ouattara había pagado por el viaje ilegal de su hijo a Europa, sin embargo, afirma que no era consciente de que el viaje lo realizaría en una maleta y que pensó que cruzaría la frontera con su pasaporte de Costa de Marfil y que le habrían comprado un visado. En estos momentos el hombre está siendo sometido a juicio. Al pertenecer a España, Ceuta y Melilla son los dos únicos territorios en África bajo jurisdicción de la Unión Europea. Para los migrantes representan la entrada a Europa, por lo que muchas personas pasan la frontera ilegalmente en contenedores o en vehículos de mercancías. Otros miles de personas intentan llegar a Europa a través de estos territorios escalando unas vallas de seis metros con concertinas que se erigieron alrededor de ambas ciudades en 2013. Otro método es nadando de playa en playa en ambos lados de la frontera. Las vallas no han parado el flujo de migrantes, de hecho, según datos de la ONG Human Rights Watch, los números han incrementado, de 2.804 en 2012 a 4.300 en 2013. Desde su reagrupación, la familia se ha mudado de Canarias a Madrid debido a la atención que estaba recibiendo Adou, siendo conocido como «El niño de la maleta».

El hombre de Aleppo
2017
Instalación fotográfica, marco de madera, bolsa de papel y pintura al óleo. 136 x 70.5 cm.Foto original de Joseph Eid por cortesía de Getty images. La imagen de Mohammed Mohiedin Anis −de 70 años− que aparece fumando en pipa mientras escucha música en su gramófono, rodeado de escombros y polvo, en su dormitorio totalmente destruido en Aleppo, Siria. El fotógrafo Joseph Eid cuenta a la revista Time: «Nos dijo que todavía utiliza con mucha frecuencia el gramófono porque funciona sin electricidad. Nos invitó a escuchar algunos de sus vinilos, pero dijo que no podía escuchar música sin fumar en su pipa. Puso una de sus canciones favoritas, una melodía tradicional árabe del cantante sirio Mohammed Dia al Din. Se siente tan apegado a su pasado y a los objetos que siempre mimó y amó, que sin ellos perdería su identidad. De ahí su perseverancia por permanecer y recuperar su vida». Anis, también conocido com Abu Omar, fue entrevistado por primera vez a principios de 2016 por la agencia AFP, cuando vivía en un barrio controlado por los rebeldes. Antes de que comenzara la guerra, había sido un entusiasta coleccionista de coches antiguos (llegó a poseer 30), pero a medida que el conflicto avanzó y el territorio fue cambiando de manos entre el gobierno y los rebeldes, su colección fue mermando. El jefe de la oficina de la AFP en Beirut Sammy Ketz y el fotógrafo Joseph Eid volvieron a Aleppo a principios de 2017 para hacer un seguimiento de la historia del hombre con la colección de coches antiguos. Una tercera parte de los coches de Abu Omar habían sido robados o destruidos. «Cuando uno de mis coches es bombardeado, es como si hubieran disparado a un familiar», comentó Anis a AFP. Abu Omar había sido un hombre adinerado, habla cinco lenguas, estudió medicina en Italia y había tenido un negocio de pintalabios. Sus dos esposas y sus ocho hijos habían abandonado Aleppo, pero el decidió quedarse en su casa.

Límites
2017
Alambre de púas, látex y pintura al óleo.
136 x 70.5 cm.

Dolor
2017
29.7 x 42 cm.